sábado, 3 de marzo de 2018

Cibersexo II: Continúan las sesiones




Recomiendo leer la primera parte del relato para entender la situación a la que he llegado en mi ciber relación con aguilanegra.

Como resumen decir que me llamo Sandra, e indicar que comencé a chatear en sesiones privadas con quien se identificaba con el nick de aguilanegra hace ya algún tiempo. Todo comenzó por aburrimiento en las largas noches en las que debía viajar por motivos de trabajo durmiendo sola en hoteles, alejada de mi hogar y mi marido. Poco a poco se fue haciendo una obsesión contactar y chatear con aguilanegra debido al morbo que surgía entre ambos en las diferentes sesiones privadas.

Pude comprobar que aguilanegra era un negrazo con un miembro enorme la primera vez que nos conectamos a través de webcam y se masturbó para mi deleite. A partir de ese momento se sucedieron sesiones calientes y llenas de morbo que recomiendo leer, hasta que en una de las sesiones me pidió que le mostrara mis pechos y terminé masturbándome frente a él en la webcam.

A partir de esa sesión una duda asaltaba mi mente constantemente. Me preguntaba si había podido grabar de algún modo la sesión. Me moriría de vergüenza si esas imágenes llegasen a hacerse públicas. Vivía con una especie de temor constante. Me repetía una y otra vez las consecuencias de semejante locura. Concluí que la única forma de saberlo era preguntándoselo directamente. Debía armarme de valor y contactar de nuevo con aguilanegra. Tenía que salir de dudas.

Quise esperar a que fuera uno de esos días en que dormía fuera de casa, pasase lo que pasase quería estar tranquila sin la presión de estar presente mi marido en casa. Había regresado de la piscina del hotel y me había duchado como de costumbre. Una vez relajada me conecté al chat.

Sandra dice:

“Hola”

águilanegra dice:

“Hola”

águilanegra dice:

“recibiste mis mensajes?”

Sandra dice:

“Si no pude conectarme antes, lo siento”

águilanegra dice:

“Me alegra saber que todo esta bien”

Sandra dice:

“¿Por qué?

águilanegra dice:

“No he dejado de pensar en lo que pasó la vez anterior”

Sandra dice:

“Yo también”

Ambos nos sinceramos durante la conversación, nos dijimos que aquello había sido una locura que no podía volver a repetirse. Me tranquilizó escuchar sus palabras. Se mostró en todo momento comprensivo, sabía que yo era una mujer casada. Poco a poco fuimos retomando el mismo grado de confianza y complicidad que teníamos antes de la sesión anterior. La charla transcurrió amena y no quise preguntarle si había grabado la sesión o no, si se lo preguntaba demostraba mi inquietud y no quería mostrar mis temores.



Coincidimos otras veces en el chat. En una de las sesiones salió a colación las diferentes maneras de masturbarse, me preguntó si usaba consoladores y cosas por el estilo, de esta forma supo que no utilizaba ese tipo de instrumentos. Yo le pregunté cual había sido la forma más original de masturbarse él, y me dijo que a veces se tumbaba en la cama con dos recipientes a su lado, uno con agua y hielo, y otro con algún tipo de té caliente. Intercalaba la mano en ambos recipientes para tener distintas sensaciones al acariciarse su pene, y así se imaginaba que podía estar con dos mujeres a la vez, la fantasía de todo hombre.

En otra de las ocasiones en las que se rozó sutilmente de pasada lo sucedido en la sesión en cuestión, me preguntó si le hacía frecuentemente alguna cubana con los pechos a mi marido. Yo le hice saber que apenas practicábamos sexo, y que cuando lo hacíamos era siempre a lo misionero y poco más, pese a que yo me consideraba una mujer ardiente y me quedaba con ganas de más.

Sandra dice:

”¿ Y a ti?” le pregunté

Sandra dice:

“¿Te han hecho muchas pajas entre los pechos?”

águilanegra dice:

“Nunca una mujer blanca”

Fue en esta sesión dónde me enteré que había estado casado durante los años como jugador profesional de baloncesto, y pese a su juventud ahora se encontraba divorciado. Su mujer lo abandonó en que los ingresos fueron a menos. Pude saber que había nacido en Filadelfia (EEUU), que estudió en el instituto Lower Merion con el que jugó con el mismísimo Kobe Bryant. Su manager logró un contrato con un equipo español y de esa manera terminó por vivir en España. Tuvo una lesión relativamente prematura, por lo que su éxito pasó más o menos desapercibido. Le gustaba nuestro país, nuestras costumbres, nuestra gastronomía, se podía vivir bien como entrenador y de las inversiones que había realizado del dinero obtenido en otros tiempos en sus negocios, pero sobretodo le gustaban las mujeres españolas.

A raíz de esa sesión comenzamos a hablar de temas más personales, de nuestro día a día, de nuestras inquietudes. Supe que vivía en Madrid, y que además de coach en su gimnasio tenía alguna agencia inmobiliaria y alguna gestoría. Por mi parte supo que me llamaba Sandra, que era enfermera y me tocaba viajar mucho, estaba casada, y vivía en una ciudad distinta no muy lejos de Madrid.

Transcurrió un tiempo antes de que mis temores se hicieran realidad. En otra de las sesiones estuvimos hablando de nuevo acerca de la masturbación. Fue entonces cuando me confesó que no paraba de masturbarse una y otra vez viendo el vídeo que había grabado de la fatídica sesión. No pude evitar preguntarle:

Sandra dice:

“Grabaste en vídeo la sesión?”

aguilanegra dice

“Si, no he podido dejar de visualizarlo una y otra vez”

Sandra dice:

“Por favor, borralo!!”

aguilanegra dice

“¿Por qué he de hacerlo?”

Sandra dice:

“Pueden verlo otras personas y no quiero”

aguilanegra dice

“Tranquila están a salvo”

Sandra dice:

“¿Cómo puedes estar tan seguro?

aguilanegra dice

“Estan en un dvd, sólo lo veo en la tele, y si lo veo en el ordenador procuro no estar conectado a internet. Recuerda que también se ve mi pene, he sido algo famoso tiempo atrás y no me gustaría al igual que tú que nadie se hiciese con las imágenes. Además no se te ve la cara en ningún momento, así que nadie puede saber de quien son esas tetas tan ricas.”

Sandra dice:

“Aún así quiero que me entregues ese dvd”

aguilanegra dice

“Esta bien te lo daré. Con una condición...”

Sabía al leer esas palabras que estaba tramando algo. Volvía a las andadas.

Sandra dice:

“En que estas pensando?”

Sabía que de nuevo me pediría algo excitante. En cierto modo yo también tenía ganas de que sucediese algo.

aguilanegra dice

“Me gustaría ver tu culo, seguro que es tan suave como tus tetas”

Sandra dice:

“Ni lo sueñes”

aguilanegra dice

“Te prometo que te enviaré el dvd original y no habrá copias, pero... a cambio de tener que dejar de imaginarme tu culo y poder verlo en vivo.”

aguilanegra dice

“No sabes cuantas veces me he imaginado tu culito”

Sandra dice:

“Te has masturbado pensando en mi?”

aguilanegra dice:

“No he podido evitar imaginarme como serías”

Sandra dice:

“Esta bien, pero yo también quiero ver el tuyo”

aguilanegra dice

“OK, por mi parte no hay problema, conecta la web cam”.

Sandra dice:

“Tu primero”

En cierto modo yo también sentía curiosidad, dudaba que me entregase los vídeos, pero quise consolarme haciéndome a la idea de que efectivamente con las imágenes que se veían era imposible reconocerme. Esta vez yo también quise grabar la sesión, de esta forma también dispondría de imágenes de él en caso de no comportarse honestamente. Y como había dicho anteriormente él era el posible famoso, tendría más que perder.



aguilanegra dice:

“¿estas preparada?”

Llevaba puesto un tanga de esos de hilo en la parte posterior, por lo que supuse sería de su agrado. Pude ver a través de la cámara su trasero cubierto por unos boxers.

.-“Quítatelos tu primero” grité por el micrófono de la webcam. Escuché una canción de hip hop que a saber lo que decían. Comenzó a mover su culito de un lado a otro haciendo un poco el tonto. Desde luego era un tipo musculoso, se notaba que trabajaba hasta los glúteos en el gimnasio. La goma de su boxer comenzó a bajar hasta que mostró ante mí un musculoso culo negro. Se notaba prieto y duro. No tenía ningún pelo y era realmente atractivo. No pude evitar reírme un poco.

.-“Me gusta más verte de frente” dije a través del micrófono. Pude ver como se daba la vuelta y volvía a mostrar un pene algo flácido. Aún así, me pareció de nuevo realmente espectacular. Creo que me estaba enamorando de su pene.

.-“Te toca” escuché decir a través de la webcam. Yo me puse de espaldas a la web cam. Comprobé que sólo se podía ver mi culito, apenas se me veía la espalda, en todo caso las piernas.

.-“Guauu, es precioso” escuché decir al otro lado de la pantalla.

.-“¿Te gusta?” pregunté mientras movía el culo de un lado a otro imitando lo que hiciera él anteriormente.

.-“Retira la goma del tanga, quiero verlo bien” me indicó al otro lado de la webcam. Yo miré de reojo por encima del hombro, de nuevo pude ver a mi ciberamante sentado en la silla masturbándose lentamente. ¡¡Dios!! como me ponía aquella visión de sus manazas acariciando semejante pedazo de polla. Obedecí sus indicaciones y retiré a un lado la goma de mi tanga.

.-“¿Así esta bien?” pregunté con tono de niña mala.

.-“Separa bien las nalgas, quiero verlo mejor”, puse cada una de mis manos en cada cachete del culo y separé bien mis nalgas, me acerqué un poco más a la webcam para que tuviera un primer plano espectacular.

.-“Buffh, es realmente precioso. Está blanquito. Me gusta comprobar que no hay ningún pelo, te lo comería todo enterito”, pude escuchar decir a aguilanegra por los altavoces de mi ordenador.

.-“No seas guarro” le dije pensando que no lo podía decir en serio. Mi marido nunca me había besado ahí, ni creí que pudiera resultar agradable.

.-“Tu marido te lo ha hecho alguna vez por el culito?” me preguntó. Yo volví a girarme de nuevo de reojo por encima del hombro. Continuaba masturbándose.

.-“No” dije para que me oyera.

.-“¿No te lo han hecho nunca por el culito?” me preguntó de nuevo sorprendido.

.-“Que no” le respondí de nuevo.

.-“Entonces... ¿eres virgen?” preguntó sin dar crédito a su suerte. Pude ver de nuevo como el ritmo de su mano arriba y abajo alrededor de su polla aumentaba vertiginosamente. Estaba claro que lo que estaba escuchando le excitaba, y estaba a punto de correrse para mi regocijo.

.-“Si” dije poniendo de nuevo voz de niña mala. Me gustaba seguirle el juego.

.-“¿Te habrán hecho un dedo alguna vez?” insistió en preguntarme.

.-“No, nunca” le dije mientras separaba mis nalgas con una mano y con la otra jugueteaba acariciando la piel de mi trasero.

.-“¿Todavía guardas crema a mano?” escuché del otro lado de la pantalla.

.-“Si ¿porqué?” le pregunté algo ingenua a lo que me iba a proponer.

.-“¿En que mano llevas puesta la alianza de casada?” me preguntó a sabiendas de que lo llevaba puesto en el dedo anular de la mano derecha.

.-“En la derecha, ¿porqué?” le volví a preguntar sin saber a dónde quería llegar.

.-“Quiero que te embadurnes el dedo corazón de tu mano derecha y te lo untes bien empapado de crema” le escuché decir ansioso.

.-“¿Qué tiene que ver la alianza con todo esto?” le pregunté sin saber lo que pretendía.

.-“Quiero que te introduzcas el dedo corazón de tu mano derecha poco a poco por tu agujerito, así podré ver relucir el anillo de tu dedo anular sobre la blanquita piel de tu nalga mientras lo haces” dijo totalmente excitado fuera de sí.

.-“Eres un pervertido” le dije mientras le mostraba como me daba crema alrededor de mi esfínter.

.-“¿Así te parece bien?” le dije mientras jugaba con mi dedo alrededor de mi ano.

.-“Vamos introdúcete el dedo, quiero verlo, y mientras lo haces recuérdame que eres virgen por el culito” dijo masturbándose como un poseso.

.-“Uhhhm no sé, nunca lo he hecho” dije demorando el momento algo temerosa y provocándolo con mis dudas.

.-“Vamos desvírgate el ano para mí” dijo totalmente excitado por ver el momento.

.-“No sé, ¿me dolerá?” trataba de excitarlo mostrándome ingenua. El mostraba su desesperación porque eso sucediese.

.-“Vamos, no temas, ya verás como te gusta” dijo al tiempo que se masturbaba a un ritmo que debía dolerle.

.-“Siiih” grité cuando por fín introduje la falange de mi dedo dilatando mi esfínter por primera vez en mi vida.

.-“Es increíble, un poco más adentro, muévelo, vamos, vamos” me animaba al otro lado de la webcam.

Yo cerré los ojos y me concentré por completo en aquella maniobra nueva para mí. Al contrario de lo que creía no resultaba para nada doloroso, es más, experimentaba cierto placer, que unido al morbo de la situación, hacía que me encontrase excitada como nunca. Comencé a mover mi dedo dentro y fuera como si me estuvieran dando por detrás. No pude evitar mirar de nuevo por encima del hombro para comprobar que estaba ocurriendo al otro lado de la pantalla.

.-“Uuhhmm, me gusta” comencé a gemir, me gustaba provocarlo y excitarlo. “Me estoy desvirgando el culito para ti, ¿lo ves bien?” le pregunté.

.-“Ooh, sih, me corroh, me corroooh” escuché bufar del otro lado, y al poco pude ver como de nuevo su esperma se derramaba por su mano mientras exprimía las últimas gotas que brotaban de su pene.

.-“¿Te ha gustado?” le pregunté mientras me recomponía de la situación.

.-“Si ¿y a ti?” me devolvió la pregunta.

.-“Uhm, creo que sí” dije algo dubitativa.

.-“Me darás ahora el dvd?” le pregunté.

.-“Por supuesto, yo siempre cumplo mi palabra” dijo al otro lado de la webcam.

.-“Dame una dirección y te lo hago llegar” me dijo.

.-“Ja, ja ,ja , ni lo sueñes” me reí de lo que acababa de escuchar.

.-“¿Entonces?, ¿Cómo te lo hago llegar?” me preguntó él.

.-“Ya se me ocurrirá algo, mientras tanto aprovecha a verlo hasta que te diga como enviármelo” le dije yo.

.-“¿Quedaremos?” me preguntó.

.-“No te hagas ilusiones. Te mantendré informada. Mientras tanto procura que nadie más vea esas imágenes”. Mi tono de voz sonaba a despedida.

.-“O.K.” dijo desde el otro lado.

.-“Chao” dije apagando la webcam.

Todavía estaba tan sólo con el tanga puesto en la habitación del hotel cuando me dí cuenta que debía secarme el culito antes de ponerme el pijama pues estaba empapado de crema y mancharía inevitablemente el pantalón.

No pude dejar de pensar en lo sucedido en toda la noche. Además, debía encontrar el modo de que me hiciese llegar el dvd de las primeras sesiones. Por supuesto no quería darle la dirección de mi casa, ni quería tener una cita con él. ¿Cómo hacerme llegar entonces el dvd?. Pensé en darle la dirección de alguna amiga, pero sería tener que dar muchas explicaciones. Me quedé dormida dándole vueltas a la cabeza.

A la mañana siguiente encontré una forma de hacerme llegar el dvd sin tener que dar mi dirección ni tener que quedar con él. Abrí un apartado de correos para que hiciese llegar ahí la grabación. Fue así como se lo indiqué a través de correo electrónico.

De: Sandra

A: aguilanegra

Asunto: Grabación DVD

“Hola aguilanegra puedes enviarme el dvd con la grabación a la siguiente dirección de apartado de correos.

Apto. Correos nº: 83080

Espero que cumplas tu promesa y sea la única copia de que dispongas. Besos”

Pronto recibí contestación suya.

De: aguilanegra

A: Sandra

Asunto: Grabación DVD

“Hola pirata, ya te he enviado el DVD y algún regalo más. Puedes pasar a recogerlo. Espero disfrutes tanto viéndolo como lo he hecho yo. Un saludo”

He de reconocer que estuve impaciente todo el día desde que leí su email hasta que pude pasar por la agencia de correos a retirar el DVD. Me esperaba recoger a lo sumo un pequeño paquete donde iría el metacrilato del CD con la grabación, pero me sorprendió cuando en la agencia me dijeron “firme aquí” a la vez que depositaban un enorme paquete sobre el mostrador.

Esperé a llegar al coche para abrir semejante caja que me habían entregado. Una vez me deshice del papel pude abrir la misteriosa caja. Me quedé sorprendida, dentro de la caja, además de la típica carcasa de cinta de DVD, había una caja más, también envuelta individualmente. Abrí ansiosa la caja. Mi sorpresa cuando pude adivinar que se trataba de un consolador de esos de plástico que simulan una polla. Por supuesto era de color negro, y adjuntaba una nota que decía: “Espero que pienses en mí cuando lo uses”.

No me lo podía creer. No podía dejar que mi marido descubriese el regalo. Por un momento pensé en tirarlo en alguna basura, pero no sé porqué lo guardé dentro del troley que utilizaba para viajar.

Me había olvidado del consolador hasta que pude contemplarlo bien en mi siguiente noche de hotel. Como otras noches tras disfrutar de un baño en la piscina para comenzar a relajarme del stress laboral, me duché y me dispuse a chatear con la toalla puesta sobre la colcha de la cama. Se estaba iniciando el ordenador cuando pude ver la caja con el consolador entre mi ropa en la maleta. Sentí cierta curiosidad por verlo detenidamente. Abrí la caja y pude tener el consolador entre mis manos. Habían detallado hasta las venas. Mis manos se veían pequeñas y mis dedos apenas podían abarcarlo. Contrastaban mis manos blanquecinas con el color negro del consolador. Sentí curiosidad por saber cuanto mediría. Llevaba un pequeño metro de costurera de esos del IKEA en mi bolso y quise salir de dudas.

¡¡Dios mío!! Medía 25 centímetros.

Eso quería decir que sería del mismo tamaño que el miembro de aguilanegra. Mi cabeza comenzó a imaginar y a divagar acerca de cómo sería sentir todo eso dentro de mí. No pude evitar salir de dudas. Me tumbé boca arriba en la cama, me despojé de la toalla y comencé a acariciarme con una mano mientras con la otra me refrotaba el consolador negro por mis pechos. Jugueteaba con mis pezones y su prepucio. Simulaba que le hacía una cubana y recordaba algunos chats con aguilanegra. También traté de introducírmelo en la boca y me resultó difícil, puesto que tengo la boca algo pequeña. Estaba ya mojada cuando por fín aproximé el juguete a mi clítoris. Me restregaba una y otra vez el consolador concentrada en estimular sobretodo mi clítoris. Mis labios trataban de abarcarlo y era imposible. Al fín lo introduje en mi interior. Al principio sólo pude introducirme la punta. Pude notar como mis paredes necesitaban más tiempo del habitual para dilatarse y poder envolver semejante pedazo de plástico. Poco a poco podía sentir como me dilataba y podía introducírmelo un poco más. Siempre un poco más, hasta que poquito a poquito quedaba menos para introducirlo por completo. Decidí meterme de golpe los cuatro últimos dedos. A poco me desgarro yo misma las paredes vaginales. Sentí cierto dolor que enseguida se transformó en un placer indescriptible. Pude notar la parte de plástico que simulaba los huevos golpear contra mi pubis, señal inequívoca de que me lo había introducido por completo. El placer era indescriptible. Además venía acompañado de cierto morbo. Comencé a moverlo dentro y fuera a un ritmo frenético. Quería simular el mismo ritmo de las manos de aguilanegra mientras se masturbaba para mí y me resultaba difícil seguir el ritmo. Me preguntaba una y otra vez si aguilanegra se movería igual de deprisa de estar encima mío ensartándome con su polla . Enseguida alcancé un orgasmo bestial. Me convulsionaba encima de la cama. Arqueaba mi espalda de placer y mis gritos debieron escucharse al otro lado de las paredes de la habitación del hotel.

Cuando me recuperé, siempre recordaré la imagen frente al espejo del armario de la cama, de verme insertada por ese pedazo de plástico en mi interior, y mis labios rezumando fluidos sin parar, que escurrían envolviendo el consolador hasta gotear empapando la toalla de debajo. Me fijé en la fina tira de pelillos que decoraban mi pubis y me percaté que desentonaban en la imagen, así que decidí rasurármelo en cuanto pudiese.

Al día siguiente no veía la hora en que terminase la jornada laboral y regresar de nuevo al hotel. Me duche como siempre al llegar a la habitación tras elbaño en el spa. Me rasuré mi conejito según me lo prometí a mi misma la noche anterior bajo la ducha. No era la primera vez que lo llevaba afeitado por completo, aunque si hacía ya algún tiempo que no lo llevaba así. De nuevo me envolví en la toalla para conectarme a internet. Esa noche me dispuse a leer algún que otro relato con el que imaginarme la protagonista.

Recuerdo que me tumbé en la cama con el portátil sobre mi vientre. Pese a llevar la toalla podía notar el calor desprendido por el ordenador sobre mi cuerpo. Contrastaba con el frío típico del cuerpo tras salir de la ducha, la sensación me resultó agradable. Busqué en la sección de interracial algún relato que me excitase. Pude dar con un relato en el que la protagonista era infiel a su marido con un amante de color. Poco a poco fui acariciándome mientras leía. Hasta que mi cuerpo pidió de nuevo verse ensartada por el enorme consolador que me había regalado mi ciberamante. A partir de ese momento me resultaba difícil masturbarme sin el consolador, necesitaba sentirme llena. Incluso en alguna ocasión posterior mientras hacía el amor con mi marido ya no me sentía ten plena. No experimentaba el mismo roce y por tanto la misma estimulación.



El destino quiso que coincidiese a los pocos días con aguilanegra en el chat de siempre.

aguilanegra dice:

“Hola”

Sandra dice:

“Hola”

aguilanegra dice:

“Recibiste todo correctamente?”

Sandra dice:

“está todo .ok.

aguilanegra dice:

“Recibiste también mi regalo”

Sandra dice:

“Si, gracias”

aguilanegra dice:

“Lo has usado”

Sandra dice:

“Si, varias veces,no he podido evitarlo”

aguilanegra dice:

“Me alegro que te gustara”

Sandra dice:

“Es fantástico”

aguilanegra dice:

“En que piensas mientras lo usas???”

Sandra dice:

“Me da vergüenza decírtelo”

aguilanegra dice:

“Vamos mujer a estas alturas”

Sandra dice:

“Pienso en ti”

aguilanegra dice:

“¡En serio! No sabes la ilusión que me hace. Y que te imaginas?, si puede saberse”

Sandra dice:

“Pues eso tonto, que lo hacemos”

aguilanegra dice:

“No sabes como me gustaría quedar para hacer tus sueños realidad”

Sandra dice:

“No te hagas ilusiones, sólo en mi imaginación, así es más excitante ¿no crees?”

aguilanegradice:

“A mí me gustaría más de verdad, ¿quedamos?”

Sandra dice:

“No insistas que no vamos a quedar”

aguilanegra dice:

“Enséñame al menos como lo haces”

Sandra dice:

“¿Qué dices?”

aguilanegra dice:

“Pues eso, que me dejes ver cómo usas mi regalito”

Sandra dice:

“Que no, no insistas”

aguilanegra dice:

“Tengo una idea”

Temo cuando me decía eso, esperaba que me propusiese algo.

aguilanegra dice:

“¿Te acuerdas cuando te pintaste los labios de carmín?”

Sandra dice:

“Si “

Escribí ese “sí” ansiosa recordando la primera vez que pude contemplar su miembro y pensando

aguilanegra dice:

“¿Por qué no te pintas los labios y simulas una mamada al consolador?”

Sandra dice:

“Eres un salido”

aguilanegradice:

“Lo harías para mí?

Sandra dice:

“Podré ver cómo te tocas?”

aguilanegra dice:

“Por supuesto”

Sandra dice:

“Esta bien conecta la web cam”

Ensayé de nuevo cómo acceder a su petición antes de conectarme en modo conferencia. Me pinté los labios de rojo chillón, y traté de enfocar la cámara de forma que no se me viese la cara. Me resultó muy difícil. No lograba tapar mi cara y que no se me viese el rostro. Por su parte conectó la web y de nuevo pude ver como se sentaba en una silla de oficina esta vez con unos boxer de armani. Se veía un paquete abultado que palpitaba ansioso por liberarse.

aguilanegra dice:

“¿Ocurre algo?”

Sandra dice:

“Es imposible simular una mamada sin que se me vea la cara”

aguilanegra dice:

“¿y?, seguro que eres muy guapa”

Sandra dice:

“Mejor que las cosas sigan como hasta ahora”

aguilanegradice:

“Me conformo con ver el consolador entre tus piernas”

Sandra dice:

“¿Seguro?”

aguilanegradice:

“Si seguro”



Sandra dice:

“Esta bien me conecto”

Todavía estaba con la toalla puesta, así que decidí ponerme algo de ropa interior. Lo primero que ví en la maleta fue una braguita de encaje negra, de esas con alguna transparencia en el triángulo que debe cubrir el pubis. Al llevarlo totalmente rasurado no se apreciaba nada, lo que supuse le daría más morbo a mi ciberamante excitándolo más. El sujetador era juego. De nuevo ensayé en modo visualización como enfocar antes de conectarme en modo conferencia. Dispuse el ordenador portátil en el borde de la cama del hotel y yo me senté tras el con una pierna a cada lado. De esta forma la web cam enfocaba el final de mis piernas hasta prácticamente mi ombligo. Pensé que estaría más sexy con unas medias puestas, pues entraba en plano el final del encaje, y para rematar la escena un corsé al que podían sujetarse las medias por medio de varias tiras haciendo la función de liguero. Nada más conectar la web cam pude escuchar el comentario de aguilanegra:

.-“Caray, estas realmente sexy” su voz denotaba sorpresa.

.-“¿Te gusta?” pregunté con tono de gata mimosa.

.-“Tienes unas piernas muy bonitas, no sabes como me gustaría acariciar con mis manos el encaje de esas medias” dijo mientras comenzaba a tocarse.

.-“Imagínatelo” dije mientras comenzaba a señalar los detalles de la lencería con el consolador a modo de batuta.

.-“Se ve realmente precioso el consolador entre tus piernas” dijo masturbándose de nuevo frente a la web cam para mi desesperación.

.-“Me alegro que te guste” dije al tiempo que introducía el consolador entre mi piel y la media de mi pierna derecha. Yo creo que lo que más le excitaba era apreciar el contraste de color entre mi piel blanquecina y el negro azabache del consolador. Quería provocarlo, al menos lo suficiente para ver como eyaculaba de nuevo entre sus manos. Me gustaba ver como se corría debido a mis insinuaciones. En el fondo sabía que todo era deseo contenido. Acaricié cada centímetro de mi piel con la punta de la polla de plástico. Nos incitábamos el uno al otro.

.-“Dime te gustaría que fuese tu polla la que se rozase por mis medias” dije en plan putón verbenero para provocarlo. Me estaba excitando ser algo soez en mis palabras y por lo que podía comprobar a aguilanegra también. Bueno a él le daba igual cualquier cosa que dijese en ese momento.

.-“Siiiih” le costaba articular palabra fruto de la excitación.

.-“Estoy convencida de que te gustaría ver tu polla negra entre mis blancas piernas, ¿no es así?” dije de nuevo en plan zorrón.

.-“Siih” gimió entre suspiros tratando de prolongar su placer.

.-“Seguro que te gustaría ver como me meto esta polla tan negra en mi conejito ¿verdad?” susurraba con un hilo de voz mientras introducía la punta del consolador entre mi vientre y la goma de mis braguitas.

.-“Déjame vértelo” suplicó mientras aceleraba el ritmo de su paja.

.-“¿Te gustaría verlo?” preguntaba con voz de gatita mala mientras bajaba el elástico de la braguita con el consolador tapando mi monte de venus con mis propias manos.

.-“Si, por favor, déjame ver lo que tantas veces he imaginado” dijo entre bufidos. Me gustaba dominar la situación y provocar su desespero.

.-“¿Y si te dijese que lo llevo afeitadito para ti?” esta vez deslizaba el consolador a lo largo de mis labios vaginales entre la tela de la braguita. Mi pubis sin duda era tapado por la parte del consolador que simulaban los huevos y por la que lo cogía con mis manos.

.-“Vamos, déjame verlo” decía una y otra vez desesperado. Llegados a ese punto ambos sabíamos que eso sucedería, yo me había calentado poco a poco, pero antes quería hacerle sufrir un rato.

Dejé el consolador aprisionado entre mis braguitas y mis intimidades, mientras me dispuse a jugar con las pinzas del corsé que sujetaban las medias.

.-“¿No es esto lo que quieres que me quite?” dije jugando con el final de mis medias.

.-“Quítatelo todo” dijo en plan desesperado. Yo me quité las medias muy despacito, mientras tanto no dejaba de realizar pequeños movimientos circulares con mi pelvis, refrotándome el atrapado consolador por todo mi coñito. Me estaba poniendo a mil, de nuevo no respondía de mis actos.

Una vez me deshice de las medias, comencé a jugar con el lateral de mis braguitas. Dudaba de lo que estaba dispuesta a hacer. Era una locura, lo sé. Pero observar semejante pedazo de polla en la pantalla del ordenador, mientras entre mis labios vaginales se rozaba a punto de introducirse por sí solo un consolador de las mismas dimensiones, era algo que me ponía hasta límites insospechados.

Al fin me armé de valor y deslicé los laterales de mis braguitas hacia abajo mostrando orgullosa mi pubis rasurado a mi ciberamante. Aquel gesto fue el detonante para que mi espectador eyaculase la mayor cantidad de leche que he visto brotar nunca.

.-“Es realmente exquisito” dijo relamiéndose.

Lo malo es que yo ya estaba completamente lanzada, en el punto en el que me encontraba necesitaba alcanzar también mi orgasmo.

.-“¿No querías ver como jugaba con tu regalo?” dije sin dar crédito a lo que estaba apunto de hacer.

.-“Llevo soñando con ello desde que te le envié” dijo esta vez un tono sereno, se notaba que no quería perderse detalle.



Yo por mi parte había perdido el control por completo, así que mientras aquella enorme mano estrujaba entre sus dedos apurando extraer hasta la última gota de ese maravilloso miembro, yo introducía la punta de la polla de plástico entre mis labios vaginales dispuesta a introducírmelo hasta el final.

.-“¿Así?, ¿es esto lo que querías?, ¿no cabrón?” No pude esperar más, decidí introducírmelo de golpe hasta el final. Me hizo daño.

No me esperaba que me doliese tanto y lancé un chillido que retumbó por toda la habitación.

.-“aaaAAAHHH” chillé al insertarme semejante pedazo de polla de golpe.

Debía haber esperado a que dilatase un poco. Pero el placer, el morbo, la visión de verme ensartada por semejante trozo de plástico a través de la web cam, contemplar como mi ciberamante se recuperaba de nuevo y mostraba otra vez un pene erecto para mi, la sensación del plástico duro y frío dilatándome, todo el conjunto de sensaciones, hicieron que irremediablemente comenzase a mover el consolador con mis propias manos.

.-“Ah”, “Aah”, “ah”, “aAH”, comencé a gemir como las chinas cada vez que los huevos del consolador chocaban con mi pubis.

Al principio el ritmo era relativamente lento, pero conforme mis paredes se amoldaban a la forma de la polla que me penetraba, lo movía más y más deprisa.

.-“Mira” le dije “ mira como me folla una polla negra” le decía de nuevo en plan ordinaria, pero tal vez fuese eso lo que más me excitaba de toda aquella situación, sentirme como una de esas ciberputillas.

.-“Seguro que te has corrido cientos de veces imaginando que es tu polla la que me penetra ¿verdad?” no dejaba de mover el consolador.

.-“¿Te gustaría follarme?, ¿ehhh?, ¿te gustaría?” me excitaba a mi misma mi comportamiento.

.-“Siiih, si claro” decía aguilanegra mientras se tocaba a punto de estallar de nuevo.

.-“Sabes ..., algunas veces mientras lo hago con mi marido imagino que eres tu quien me penetra con ese pedazo de polla que tienes” dije fuera de mi. Estaba segura de que luego me arrepentiría de semejante confesión.

.-“Lo sé” dijo él.

.-“¿Lo sabes?” pregunté totalmente abandonada al placer.

.-“Se que necesitas una buena polla, tu marido no te satisface” dijo para mi sorpresa. En esos momentos no sé porqué me imaginé ensartada en mi cama de matrimonio por aguilanegra ante la presencia de mi esposo, y alcancé uno de los mejores orgasmos que he tenido nunca. Aguilanegra también se corrió.



Fue maravilloso corrernos los dos al mismo tiempo.

Ambos tratábamos de recuperar el aliento.

.-“Me das miedo” dije tratando de recuperarme “No sé cómo lo consigues pero logras que pierda el control”.

.-“Eres tú la que me haces soñar todas las noches” dijo poniéndose en plan romántico.

.-“Será mejor que lo dejemos aquí” dije desconectando la web cam.

Sandra dice:

“Ha sido estupendo”

aguilanegra dice:

“¿Repetiremos?”

Sandra dice:

“Ya veremos”

Sandra dice:

“Hasta otra”

aguilanegra dice:

“Chao”



Esa noche tuve que darme otra ducha bien fría antes de dormir para poder conciliar el sueño. Lo que había sucedido era una auténtica locura, no lograba entender todo lo que había hecho y dicho. Me mostraba algo arrepentida, pero ya estaba hecho.



Besos,



Sandra


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